viernes, 17 de septiembre de 2010

UNA FE QUE CANTA


 

El Metodismo se convirtió en un movimiento que canta. El mismo Carlos
Wesley se consagro a la tarea de escribir himnos; que abarcaban la fe y  la vida.
El y su hermano Juan publicaron muchos de esos himnos en panfletos e himnarios para circulación entre las sociedades Metodistas. Durante su vida Carlos Wesley escribió unos 9.000 himnos y poemas. Juan, también un excelente compositor de himnos a menudo editó los himnos de su hermano para la publicación. Juan coleccionaba. y publicaba melodías apropiadas para esos himnos. Las palabras amar, conocer y sentir ocupan un lugar central en los textos que Carlos y Juan compusieron. Los hermanos Wesley creían que, aun cuando el individuo puede asentir intelectualmente al conocimiento que
Dios ha personificado en su amor sacrificial para toda la humanidad a través de Jesucristo, de todos modos debe sentir dicho amor en su propia vida
Y a través de la misma.

UNA FE EVANGÉLICA Y SACRAMENTAL





Además de sus énfasis en la autoridad de las escrituras el don de la razón y el valor de la tradición, que caracterizaban a la Iglesia de Inglaterra, los Wesley subrayaron la experiencia. La fe abarca la totalidad del individuo: cuerpo, mente y emociones.

Podemos conocer y sentir el amor de Dios en nuestras vidas. ¡El amor redentor de Dios en Jesucristo puede conocerse y experimentarse personalmente! Esto se pone de manifiesto cuando aceptamos a Cristo como nuestro señor y Salvador y la fuerza central de nuestra vida y cuando nos mantenemos en comunión constante con Dios a través de la oración y el sacramento de la Cena del Señor, una comida común que afirma el amor sacrificial de Dios como una manera de vivir cada día.

lunes, 13 de septiembre de 2010

METODISTAS: Somos una iglesia con propósito y Adoramos a Dios en familia

EL MOVIMIENTO METODISTA

 LA SANTIDAD PERSONAL Y SOCIAL

Los Wesley afirmaron en lo esencial los artículos de fe de la Iglesia de Inglaterra y sus prácticas. Organizaron sociedades de individuos, en su mayoría miembros de la Iglesia de Inglaterra, para participar en una vida disciplinada de oración, alabanza y compromiso social.

Establecieron reuniones de clases dentro de las sociedades Metodistas con el propósito de promover la participación regular en cada aspecto de la vida de las Sociedades.
De esta manera, la fe y la vida -cotidiana se afirmaron como una unidad. Los Metodistas sostuvieron que el amor redentor de Dios en Jesucristo es personal, experiencial, intelectual y social: un amor para toda la gente en todo lugar y tiempo. La conversión significaba vidas transformadas y una nueva vida. Cuando seguimos a Jesucristo con el propósito de convertimos en instrumentos del amor de Dios en el mundo, nuestras vidas adquieren propósito. Ya no podemos conformarnos  con un cambio personal. A medida que creemos en una relación de santidad con Dios, nuestro cambio también tiene que afectar El mundo que nos rodea. Para los Wesley era inconcebible hablar de santidad personal sin santidad personal, sin santidad social.

domingo, 12 de septiembre de 2010

"Carta del Padre"

No te imaginas cuanto gusto me da que hayas aceptado la invitación que te hice para que pudieras estar conmigo
     este  fin de semana.

      Quiero contarte que tengo preparadas para ti un sin fin de bendiciones durante estos tres días que estaremos  juntos.


                Sabes; desde que llegaste a los Pre-Encuentros  he estado pendiente de ti.  He visto lo duro que fue para ti llenar
            tu clínica, he visto como tu corazón se ha vuelto a Mi. Te he tocado con mi Espíritu y Jesús ha intercedido mucho
por ti. No te desanimes, he escuchado  tu clamor y te prometo que tu vida no será la misma después de este
 Encuentro.


                Dispone  tu corazón a recibir el fuego del Espíritu Santo en tu vida . 
Talvez aún no has comprendido el propósito por el cual te mandé a llamar a este Encuentro de la
Iglesia Metodista Emanuel, pero ten por seguro que te mostraré cosas grandes y ocultas que tú no conoces...

Te amo con amor eterno


"LA LUCHA DE LA MARIPOSA"

Un hombre encontró el capullo de una mariposa y se lo llevó a su casa para poder ver a la mariposa cuando estas saliera del capullo.
Un día vio que había un pequeño orificio y entonces se sentó a observar por varias horas, viendo que la mariposa luchaba por salir del capullo.
El hombre vio que forcejeaba duramente para poder pasar su cuerpo a través del pequeño orificio en el capullo, hasta que llegó un momento en el que pareció haber cesado de forcejear, pues aparentemente no progresaba en su intento. Pareció que se había atascado.
Entonces el hombre, en su bondad, decidió ayudar a la mariposa y con una pequeña tijera cortó al lado del orificio del capullo para hacerlo más grande y así fue que la mariposa pudo salir.
Sin embargo, al salir, la mariposa tenía el cuerpo muy hinchado y unas alas pequeñas y dobladas.
El hombre continuó observando, pues esperaba que en cualquier momento las alas se doblarían y crecerían lo suficiente para soportar al cuerpo, el cual se contraería al reducirse de lo hinchado que estaba. Ninguna de las dos situaciones sucedió y la mariposa solamente podía arrastrarse en círculo con su cuerpecito hinchado y sus alas dobladas... Nunca pudo llegar a volar...
Lo que el hombre en su bondad y apuro no entendió , fue que la restricción de la abertura del capullo y la lucha requerida por la mariposa, para salir por el diminuto agujero, era la forma en que la naturaleza forzaba fluidos del cuerpo de la mariposa hacia sus alas, para que llegaran a ser grandes y fuertes para volar.
La libertad y el volar solamente podrían llegar luego de la lucha. Al privar a la mariposa de la lucha, también le fue privada la salud. Algunas veces es la lucha lo que necesitamos en la vida. Si Dios nos permitiese progresar por nuestras vidas sin obstáculos, nos convertiría en inválidos. No podríamos crecer y ser tan fuertes como debiéramos haberlo sido.
¡Cuánta verdad hay en esto!  Cuántas veces hemos querido tomar el camino corto y fácil para salir de nuestras dificultades, tomando esas tijeras y recortando el esfuerzo para poder ser libres.
Necesitamos recordar que nunca recibimos  más de lo que podemos soportar y que a través de nuestros esfuerzo y caídas somos fortalecidos, así como el oro es refinado con el fuego.
Nunca permitamos que las cosas que no podemos tener, o que no tenemos, o que no debemos tener, interrumpan nuestro gozo por las cosas que tenemos y podemos tener.
No pensemos, ni nos enfoquemos en lo que no tenemos, disfrutemos cada instante de cada día por lo que tenemos y nos ha sido dado.